La notícia a diaridetarragona.com 17/01/2014
La eliminación de la tarjeta T-10 desde el 21 de junio hasta el 11 de septiembre genera indignación entre los pasajeros habituales
La PTP rebutja anul·lar la validesa de la T10 integrada durant el període estival als municipis de la Costa Daurada i proposa alternatives |
http://www.transportpublic.org/component/content/article/57-camp-de-tarragona/1322
La decisión de la Autoritat Territorial de la Mobilitat (ATM) de suprimir la tarjeta T-10 de autobús para viajar a la costa en los meses de verano no ha gustado a los usuarios. Están enfadados por no poder de disfrutar de los descuentos que el tiqué multiviaje proporciona y aseguran que ir a trabajar o desplazarse a Salou, Cambrils o La Pineda les saldrá más caro por culpa de esta medida.
Los usuarios se muestran indignados por una medida que consideran «ilógica» y «que perjudica al usuario». La ATM ha acordado que del 21 de junio al 11 de septiembre las T-10 y T-10/30 no podrán ser usadas para los servicios urbanos e interurbanos con origen, destino o tránisto en Cambrils, Salou y Vila-seca-La Pineda. Esta medida encarecerá considerablemente el precio de los billetes, ya que un trayecto con la T-10 cuesta 1,20 euros, mientras que adquirir el billete sencillo son 2 euros por viaje.
Entre los pasajeros ayer había un malestar generalizado por esta cuestión. «Me parece fatal. Ya han subido precio de la T-10/30 de 9,30 a 9,75 este año», explicaba Carmen De la Rosa. Esta viajera que generlamente realiza el trayecto Tarragona-Salou, afirma que «no sé a quien beneficia, pero al usuario lo perjudica».
La Generalitat se pronunció, asegurando que había un uso «no ético» de la tarjeta por parte de algunas empresas de transporte turístico en verano, al apuntar que las touroperadoras compraban las T-10 de forma «masiva», cosa que según la administración generó un déficit de casi un millón de euros. Los usuarios, no lo ven del todo claro, y consideran que «habrá que hacer algo con la gente de aquí;no tenemos la culpa», se lamentaba De la Rosa;que a la vez reflexionaba:«si se beneficia el turista, lo tendrían que haber contemplado antes».
Entre los estudiantes también hay malestar. A pesar de ser una medida que no afecta al curso escolar, muchos usan el autobús para desplazarse a las localidades costeras por cuestiones de ocio. El cambrilense Borja Valladolid, que estudia en la URVen Tarragona, lamentaba que «ya me han quitado el descuento por ser estudiante de la URV. Cada vez tenemos que pagar más», afirmaba al recordar la subida de precios del 1 de enero.
La gente de localidades del Camp que tiene que hacer transbordo en Tarragona también se siente decepcionada:«En verano es cuando más lo necesito; es una estafa tanto para los turistas como para la gente de aquí», se quejaba Miriam Maudet, una vecina de la Pobla de Mafumet que trabaja en Salou. Una situación parecida es la que vive Amelia González, residente en Valls y que se desplaza a La Pineda «los jueves y los viernes» para ir a recoger a su nieta. «También tengo que pagar por la niña, así que me saldrá mucho más caro. ¡Casi que tendré que gastarme la pensión entera en el autobús!», exclamaba.
En Reus, cuando pasaban cinco minutos de las 11 de la mañana, los autobuses no cesaban su actividad y la indignación de los usuarios que esperaban en la estación fue la tónica de la mañana. «No hay derecho que retiren la T-10. Hace ya cuatro años que la compro y la verdad es que me ahorro bastante dinero», comentaba Pepa Oviedo, de 70 años, que ayer viajaba a Cambrils. «Además, el billete ha subido ya este año», añadía. La misma opinión compartía Àngel Gili que apuntaba que «es vergonzoso que el precio del transporte incremente de precio, mientras que los sueldos no perciben ninguna clase de aumento». Los usuarios empiezan ya a hacer sus cábalas y a pensar una solución frente a la eliminación de la tarjeta de 10 viajes. Este el caso de una ciudadana de Georgia que utiliza mayoritariamente el autobús en fin de semana, desde Reus. Nino Kvatadze contaba que «si retiran el abono tendré que plantearme ir con el coche de una amiga algún día». Por su parte, Raquel Lozano aseguraba que «utilizan de excusa los turistas y no son la mayoría de los usuarios del bus».
El sector comercial tampoco lo ve nada claro. El presidente de la Unió de Botiguers de Cambrils, Tomás Sierra, asegura que medidas como esta «siempre son perjudiciales para el turismo, en todos los sentidos». Sierra considera que «debería mimarse el sector un poco más, porque si cada vez se ponen más trabas se irán a otro lugar». Sierra cree que tarjetas como la T-10 fomentan la movilidad por el territorio, ya sea para turistas como para vecinos de la zona, y que el hecho de que sea muy utilizada «es más un valor que algo negativo».
Por su parte, el presidente de la asociación de empresarios y comerciantes de Vila-seca, Alfred Monrreal, asegura que «será difícil encontrar un equilibrio. La tendencia, últimamente, es que las modificaciones, seas donde sean, terminen perjudicando al usuario», insiste Monrreal. Y lamenta que «por unos cuantos, se acaba perjudicando a todos».
La PTP, en contra
La Associació per a la Promoció del Transport Públic (PTP) emitió ayer un comunicado en el que rechazaba la decisión de la AMT. Lo consideran «un paso atrás» en la integración tarifaria, que «junto al reciente incremento de precios, son medidas contrarias al fomento del uso del transporte público». Con todo, proponen alternativas para evitar «usos abusivos» con medidas «que no perjudiquen a los usuarios», como «estudiar la revisión del criterio de subvención a los operadores, convertir la T-10 en unipersonal o asignar parte de la tasa turística a la subvención del transporte público». La PTP también encuentra «paradójico que un mayor uso del servicio, ni que sea por parte de turistas, comporte un mayor déficit», y achacan esta situación «a un mal diseño del sistema, que retribuye al operador por billete y no, como sería deseable, por cumplimiento de objetivos de servicio como pasa en la área metropolitana de Barcelona». Finalmente, esperan poder reunirse con el Consell de Mobilitat de la AMT para debatir sobre estas cuestiones y «encontrar soluciones».